Ni en los continuos desaires de su hijo, ni en la ausencia de su esposa, ni en la velocidad con que se sucedían los años, ni en la crisis económica ni en la bajada de su pensión. En nada de esto iba a perder el tiempo Luciano. Sentado en un banco junto al río, se encontraba bastante ocupado disfrutando del sol aquella mañana.
Juan Luis Blanco
20/10/2010
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5 comentarios:
Gran, sabia y maravillosa ocupación.
... con lo dificil que es hacer nada... :-)
Mmmmmmmuaks!!!
Preciosa observación... Me encuentro conmigo en cada texto tuyo...
Me encanta que valoréis esta fundamental actividad: parar y dejarse acariciar por la vida. Qué bueno volver a saber de ti, Arabel. Un abrazo.
Qué gran momento para hacese aún más grande...
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