
Es triste el otoño. Con sus suaves susurros de despedida. Con su templada vocación de atardecer. Con su sol de vainilla, sus montes de canela, su viento de seda y sus olas de caramelo. En fin, ya podían todas las tristezas parecerse al otoño.
Juan Luis Blanco
8/10/2010
3 comentarios:
Ya podían ...
Gélé
¡Qué aromático y multicolor resulta el otoño que cocinas! De la seronda y su vocación de tristeza se puede hacer un pequeño paraíso. Con nostalgia de futuro y melancolía esperanzada.
su
Me ha costado mucho despedirme del verano. Pero hoy, asomada en la ventana de mi cocina, viendo llover, me ha apetecido el otoño. ¡Que venga el otoño, aquí lo espero!
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