Como en otras ocasiones en que hemos atravesado un bosque, hoy, a la sombra del encinar, Mauro ha vuelto a sus proverbiales interrogatorios: ¿Cuántos años viven los árboles? ¿No es injusto que vivan mucho más que nosotros y no puedan ni siquiera moverse de su sitio? ¿No son demasiados años para una vida tan aburrida? ¿No sería mejor morirse un poco antes?...Como otras veces, respondo a medias. Quizás necesitara la vida de un árbol para hallar alguna respuesta convincente... Yo no sé decir si los árboles sienten que se aburren o si aburrirse debiera evitarse a toda costa. Ni siquiera sé cómo de conveniente sería combatir el aburrimiento con la muerte... Tampoco sé si éstas son preguntas para un niño de diez años...

1/8/2011

0 comentarios:
Publicar un comentario