Mi gato

jueves, 11 de agosto de 2011
Me maúlla a la cara mis ausencias y se desgañita a deshoras exigiendo su ración atrasada de caricias. Antes, a deshoras, mi gato tocaba el piano sin saber solfeo. Ahora ha aprendido solfeo —do-re-miau-fa-sol-la-si-do...—, pero ya no toca el piano nunca. No me hace mucha gracia que sea tan humano. A veces pienso que soy más gato que mi gato.


Juan Luis Blanco
31/7/2011

0 comentarios:

Publicar un comentario