Luningo

lunes, 1 de marzo de 2010

¡Con qué puntualidad llegan siempre los lunes! ¡Nunca se retrasan! ¡Qué rigor en el cumplimiento del calendario! Y por si eso no fuera suficiente se permiten además, con su carácter implacable y expansivo, invadir con su atmósfera gris la tarde del domingo y contaminar con el tufo de lo irremediable el último atardecer de la semana.

De normal, el lunes se respira ya unas horas antes de su llegada, y, cuando llega, algo más obeso por la ración de domingo que te ha robado, te esquiva la mirada, no sé si porque se sabe culpable, o para que no reconozcas su cara la próxima vez que aparezca prematuramente. Se suceden después de los fatídicos lunes, los martes, miércoles, jueves y viernes. Cinco días que siempre acaban pareciendo muchos más, y probablemente no sea casualidad que siempre sean nombrados en plural, pues no hay modo de saber si hablamos de un jueves o de cinco martes a no ser que detallemos el número. Eso sí, luego llegan el sábado y el domingo, tan poco plurales ellos, tan únicos, con ese singular cerrado, finito y puñetero, que nos viene a recordar que nuestro fin de semana consta, de manera inequívoca, de dos días, dos. Inaplazables, inelásticos, improrrogables. Y no pocas veces de uno y medio, en el caso de que, como hoy –y no pocas ocasiones antes–, el lunes haya ganado la batalla provocando ese engendro temporal, de duración y periodicidad indeterminadas, que he comenzado a llamar “luningo”, y al que profeso una aversión igual o mayor que a los propios lunes.

No me gusta terminar malhumorado, y creo que no está de más un pensamiento positivo como conclusión: tan cierto como que la noche sigue al día es que el próximo fin de semana está cada vez más cerca. Ya casi es lunes, y en nada será martes, y al poco viérnoles...

Juan Luis Blanco
28/2/2010

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Kar,kar,kar...
Divertido.
Gustatu zait eso de viernoles.

Anónimo dijo...

Hace medio mes que los dias de mis semanas no perdieron el nombre, pero si ganaron brillo. Lunes. Martes. Miercoles. Jueves. Viernes. Sabado. Domingo. Con todas sus silabas bien redondeadas. Ahora el presente fluye y se expande como un rio. Vida, solo vida y nada mas que vida. Vida sin etiquetas. Continuo ahora sin tabiques.

Hoy es viernes: tu fin de semana esta al llegar! Bailo por ello.

eider

Juan Luis Blanco dijo...

Y ahora que solamente el sol, con sus días sin nombre, sus noches y sus estaciones, van a darte alguna pista sobre el presente que vives, acuérdate de los que miramos el tiempo a través de la cuadrícula de los calendarios, y enséñanos lo que ves y lo que sientes. Es un placer leerte y vivirlo a través de tus textos.

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